El pasado sábado 15 de junio y como colofón final a una temporada arbitral exitosa para el colectivo arbitral, celebramos una excursión por la sierra madrileña, más concretamente, la denominada “Cuerda Larga”, nada menos que 21 km por toda la cuerda de esta alineación montañosa, pasando por varios de los dos miles de nuestra Comunidad, casi solo superados por el pico de Peñalara.

La idea básicamente era pasar una mañana agradable de convivencia entre compañer@s y amig@s, alejados de las canchas de basket, pero en un entorno natural inmejorable como este para practicar el senderismo.

Nuestra aventura comienza en el Puerto de Navacerrada, donde el autocar nos deja para iniciar la ascensión a la Bola del Mundo o también llamado Cerro de Guarramillas. La mañana se presenta fresca, más bien fría, pero la subida a Bola del mundo, hace que nuestras piernas se calienten rápidamente y rompamos a sudar.

Aunque me hubiera gustado contar con más compañer@s del grupo, nos juntamos cerca de veinte valientes que afrontamos con alegría y buen humor los desniveles que íbamos encontrando, y que en ocasiones el terreno hacía que algunos pasos fueran algo más complicados y por las rocas presentes.

A la vez que íbamos cumpliendo kilómetros en la ruta, teníamos la ocasión, que a veces la temporada no nos ofrece, de intercambiar conversación con alguno de nuestr@s compañer@s, y que irremediablemente casi siempre acaba en nuestro querido deporte de la canasta.

Con algunas paradas en el camino para reponer fuerzas comiendo y recuperando líquidos, poco a poco íbamos cubriendo el objetivo que nos habíamos marcado, que era llegar al Puerto de la Morcuera sobre las 15:00 horas, donde nos estaría esperando el autocar para llevarnos al restaurante donde terminaríamos la jornada en Soto del Real.

No faltaron algunos representantes de nuestra fauna que se dejaron ver a nuestro paso, como fueron los buitres negros y leonados y las emblemáticas reinas de la montaña, las cabras montesas.

Terminamos todos sanos y salvos, algun@s con pequeñas dolencias propias del terreno, y de que el calzado no era el más adecuado… pero nada grave que no se pudiera olvidar con unas cervezas y una comida estupenda en Soto del Real, que sirvió de punto final a tan maravillosa jornada.

Espero que al menos os acordéis un poquito de este día, ya que así os acordaréis también de mí.

Este tipo de actividades deberían ser más frecuentes, ya que se trata de ocasiones inmejorables para estrechar lazos de amistad y conocernos un poco más, en un medio inmejorable.

Deporte y naturaleza deberían de ir siempre de la mano, siempre teniendo el RESPETO que se merece nuestra madre NATURALEZA, ya que no nos olvidemos que es nuestra casa y sin ella no habría ni BALONCESTO, ni nada…