Al igual que lo están haciendo empresas e instituciones de todo tipo, también se deben incorporar criterios éticos y socialmente responsables a las actividades propias del arbitraje del baloncesto.

Desde el C.A.A.B. se considera necesario definir una Política de Responsabilidad Social del Arbitraje (R.S.A.), junto con el establecimiento y puesta en marcha de un Código de Conducta, que defina como deben actuar sus miembros, asumiendo los compromisos que el mencionado Código de Conducta presente en sus contenidos.

Como puntos reseñables, se considera de vital importancia respetar a las personas, evitar cualquier tipo de corrupción, asegurar la veracidad en la información y respetar la confidencialidad.

Los miembros del C.A.A.B. se deberían someter a la evaluación de sus actuaciones, siempre que se perciba la existencia de algún incumplimiento del Código de Conducta, de esta manera la actividad arbitral podrá mejorar y progresar, asegurando a su vez, la confianza de la sociedad (el público), en todo el colectivo arbitral.

Este planteamiento para el arbitraje del baloncesto, podría ser extendido a todas las disciplinas deportivas, ayudando a que se considere a los árbitros, como un eslabón más de la cadena deportiva, entendiendo que sin ellos no existiría ningún deporte de competición.

Se trata de una importante innovación, que no contempla los aspectos técnicos y administrativos, y sí tiene en cuenta a las personas como los principales artífices de toda actividad humana.

Esperamos y deseamos que la idea promovida prospere y se implante en otras federaciones.