El pasado 9 de junio dirigió uno de los partidos de las semifinales de la Liga ACB, el último de los casi 1.500 oficiales entre Liga ACB y encuentros internacionales. El sábado pasado, en León, recibió un homenaje por la Asociación Leonesa de Árbitros de Baloncesto. “Han sido días intensos, de emociones, sentimientos y muchos abrazos y llamadas de personas a las que aprecio. De verdad que me ha sorprendido la cantidad de gente del mundo del arbitraje y de fuera de él que se ha puesto en contacto conmigo”.

“Ese momento de dejar las pistas es siempre un acontecimiento importante para cualquier jugador, y como siempre he entendido al árbitro como deportista, también para nosotros. Es cierto que nuestra carrera es más larga y tenemos el límite de los 55 años, por lo que ya llevaba tiempo visualizando el final” asegura Bultó, que cuando mira hacia atrás ve “todo lo que me ha dado el baloncesto. Al final me ha formado como persona. Empecé a jugar a los 12 y a arbitrar a los 14. Eso te forma un carácter, una personalidad, una forma de vivir la vida, te enseña a solucionar conflictos… al final me ha hecho relacionarme con personas de baloncesto durante más de 40 años.”

Han pasado más de cuatro décadas, pero Vicente Bultó recuerda su primer partido arbitrado: “fue en el Colegio de los Carmelitas, un encuentro infantil femenino. Era invierno y había nevado por la noche. Antes de empezar tuve que coger una escoba y quitar la nieve para empezar a tiempo el partido.” Y del resto de los más de 1.300 partidos dirigidos no quiere quedarse con ninguno: “han sido 18 años como árbitro internacional y 31 en la ACB. Me acuerdo del debut en la ACB, de la primera final en una competición internacional, la final de Copa…” pero no habla de una semifinal olímpica en Atenas 2004, o de la final del Mundial Femenino de 2010.

Vicente Bultó habla con cariño de sus relaciones con jugadores y entrenadores: “la imagen que se puede proyectar es la de jugadores y entrenadores discutiendo con los árbitros, pero en un altísimo porcentaje me he encontrado con profesionales que nos han tratado con respeto y con los que tenemos una buena relación fuera de la cancha.” Ese sentimiento crece con los jugadores internacionales, con los que ha convivido y viajado a torneos internacionales: “estoy orgulloso de haber coincidido en el tiempo con una época de tremendos éxitos del baloncesto español. Es cierto que el hecho de que España llegue a las finales nos podría perjudicar como árbitro, pero el nivel del baloncesto español nos beneficia a todos. Cuánto mejores son los jugadores, mejores son los árbitros y los entrenadores. El éxito es de todos.”

Y después de mirar al pasado, Vicente Bultó mira al futuro, en el que está presente el baloncesto el arbitraje y “la formación. Llevo toda la vida en el mundo de la formación y estoy colaborando con la Federación de Castilla y León. A mí me enseñaron y ahora tengo la obligación de ayudar a los jóvenes. Me encuentro a gusto y lo veo como el futuro más inmediato.” El árbitro leonés asegura que la máxima de “devolver lo que te han enseñado es la clave del éxito. El baloncesto español sigue progresando gracias a esa transmisión de información.”