MUNDO DEPORTIVO

Una de las protagonistas de la Copa de la Reina de baloncesto que se ha disputado este pasado fin de semana en Zaragoza ha sido Yasmina Alcaraz, árbitro que dirigió la final de la competición entre el Avenida Salamanca y el Spar Citylift Girona junto a los colegiados David Sánchez y Carlos García León.

¿Cómo ha sido la experiencia de arbitrar esa final?

Bueno, es algo que no me esperaba, porque es mi primer año en la categoría y a pesar de que el trabajo da sus resultados y toda va muy bien lógicamente no te esperas estar en una final de la Copa de la Reina. El primer paso fue la eliminatoria el viernes, entre el IDK Gipuzkoa contra el Uni Ferrol y fue un partido muy bueno, y más con la introducción de la mecánica a tres, con tres árbitros, que es algo que hasta ahora sólo se hacía en ACB y que ahora se está introduciendo en las competiciones FEB. A partir de aquí, a la final llegó un equipo de Girona y un equipo de Salamanca y había posibilidades, porque este año las designaciones están siendo técnicas y no tanto por autonomías. Y estar ahí en la final ha sido impresionante. La primera sensación fue de nervios, de impacto, pero luego ya consciente de que yo podía estar ahí también.

¿Cuál ha sido su trayectoria arbitrando hasta ahora?

Llevo 14 años arbitrando, empecé con 14 años. Lo que pasa es que también era jugadora y en Catalunya hasta cierta categoría no era compatible hacer las dos cosas y a mí me gustaba jugar, así que decidí seguir jugando. A partir de comenzar la carrera de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte ya dejé de jugar y comencé en el Comité arbitral en Girona. Fui subiendo en categorías dirigiendo tanto en chicos como chicas. Hace cuatro años me ascendieron al grupo 2 de la Federación Española como arbitro de Liga EBA y Liga Femenina 2 y este pasado año fue el último ascenso y empecé en la categoría absoluta de la Federación Española, es decir, Liga Femenina, LEB Plata y LEB Oro. Por otro lado, el año pasado me saqué la licencia federativa como arbitro internacional de ‘3 x 3’, así que ahora tengo esa licencia, aunque aún tengo poca experiencia.

¿Hay muchas diferencias a la hora de arbitrar un partido femenino y uno masculino?

Sí, hay diferencias. Evidentemente, el físico de una mujer y el de un hombre es diferente. Los límites cambian mucho. Has de adaptarte al juego, al partido y al criterio. Hay que decir también que las mujeres cada vez están más preparadas y son más físicas, no sólo en el tema de la fuerza sino en el de la velocidad.

Estamos en un contexto general en el deporte en el que no es habitual que una mujer dirija partidos masculinos. ¿Cómo ha vivido usted personalmente esta situación?

Si te soy sincera, siempre me he sentido muy bien aceptada por todos los colectivos, por los compañeros, por los árbitros, por los clubs, los entrenadores... A mí siempre me han tratado como una más, no puedo decirte ninguna situación conflictiva por el hecho de ser mujer, más allá de los posibles comentarios que puedes escuchar en las gradas, algo que ocurre tanto si eres mujer como si eres hombre. Mi experiencia siempre ha sido muy positiva en este sentido. Evidentemente, hay discriminación negativa y positiva y en mi caso, por ejemplo, con el ‘Universo Mujer’ dentro de la FEB hay una intención clara de subir las licencias de jugadoras de baloncesto y también nos afecta al arbitraje femenino, porque se quiere subir el número de representación. Eso es un punto muy positivo para nosotras y tenemos que estar muy agradecidas, pero no deja de ser una lucha constante.

¿Y eso que explica de los comentarios del público?

Sí, bueno, a mí me dirán que me vaya a barrer o la fregar platos, pero a un compañero le pueden decir ‘calvo’ o ‘ponte gafas’. Eso cuesta más de escuchar, porque hay más tendencia a decirte algo respecto al hecho de ser mujer, pero cuando llegas a un cierto nivel arbitral lo que pasa con el público realmente no es lo relevante, porque necesitas tener la pista controlada, a los jugadores y a los entrenadores. Pero, bueno, al margen del tema de la grada, yo no he tenido ningún tipo de discriminación por el hecho de ser mujer.

De hecho, entre los arbitros designados para dirigir partidos en esa final de la Copa de la Reina había más mujeres...

Sí, éramos 10, de los cuales cuatro éramos mujeres (Eva Areste, Paula Lema y Asunción Langa eran las otras tres). Todas somos del grupo 1, es decir, de Liga Femenina, LEB Oro y LEB Plata y sólo faltaba una, porque somos cinco en total en toda España. Esto demuestra que se está apostando por la figura femenina dentro del mundo arbitral. Allí no hemos tenido ningún problema de discriminación y los compañeros están muy acostumbrados a pitar partidos con nosotras. En ACB tenemos también a Espe (Espe Mendoza), teníamos a Susana Gómez, que ahora lo ha dejado.

A pesar de estos casos, lo cierto es que era representación arbitral femenina en el deporte masculino no es demasiado elevada...

Sí, la intención es que cuando la gente vea una final lo que vea son tres árbitros, no dos chicos y una chica. La idea es que está ahí por ser árbitro y profesional y tiene la capacidad para estar ahí. Ese es el objetivo final, que se nos va igual.