IBON LANDA / ÁREA DE COMUNICACIÓN FEB

La llegada: trabajo en grupo
“Llegamos a Río una semana antes de que comenzaran los Juegos. Tuvimos un proceso de adaptación perfecto porque estaba planteado una especie de clínic pre-campeonato. Creo que fue muy acertado. Trabajamos durante cinco días aspectos técnicos y físicos de cara a los Juegos pero también sirvió para que los treinta árbitros que estábamos convocados nos conociéramos. Con esta experiencia lograron, por medio de trabajos en grupo con talleres y actividades varias, crear un grupo homogéneo, una gran atmósfera que luego se vio reflejada en los partidos”


El bautismo: la inauguración
“Pudimos estar presentes y a mí me encantó. Se me pasaron voladas las cuatro o cinco horas que estuvimos allí. Tras los días previos, comienzas a ver cómo va llegando la gente y la ceremonia de inauguración es uno de los momentos álgidos. Me gustó mucho cómo giró todo en torno a la música, a los diferentes estilos que tienen en Brasil que mostraron lo importante que es para ellos la música. La verdad es que me atrajo mucho, fue nuestro bautismo”


Carioca y Youth Arena: a trabajar
“Durante la primera fase me tocó tanto arbitrar en el Carioca 1 (masculino) como en el Youth Arena (femenino). Ambos me gustaron mucho. El estilo de los Juegos está impregnado en cada una de sus instalaciones, es la línea olímpica de marca la que logra la uniformidad en los campos y fue muy cómodo pitar en ambos campos. Además se dieron a lo largo del campeonato partidos con gran afluencia de gente –Argentina movió mucha afición- y aunque no afecta a la forma de arbitrar obviamente cuando un campo está lleno siempre te gusta”


La final: un premio, un reconocimiento, una responsabilidad
“Estábamos en una reunión de despedida del torneo que se realiza el día anterior al final ya que después hay viajes y prisas. Habíamos aprovechado, era medio sorpresa, para hacer un homenaje a dos compañeros que se retiraban del panorama internacional – el griego Christodoulou y la canadiense Lasuik-. Al salir fue cuando llegó el correo con las designaciones, a mí no me dio tiempo a verlo porque vino Borys Ryzhyk –árbitro ucraniano con el que pitó la final masculina, también estuvo el mexicano José Reyes- y me pegó un abrazo, así que me lo imaginé. Fue un momento impresionante pero quise también darle un por qué. Hay mucha gente detrás de que yo, o Carlos Peruga que pitó el bronce femenino, estemos aquí. Es fruto del trabajo de los últimos años, de mucha gente que desde que pitaba en Bilbao y en el País Vasco me fue corrigiendo, creyó en mi progresión. Es gracias a un trabajo federativo y escalonado en el que hay mucha gente que trabaja muy bien. También es gracias a poder arbitrar actualmente en una liga con mucho nivel de juego y de compañeros de profesión. Siempre lo digo, fue un premio pero también la responsabilidad de representar a tanta gente. Me acuerdo que llamé a mi mujer nada más enterarme y después hablé con el presidente Garbajosa. Le dije que el baloncesto español se podía sentir súper orgulloso de estar representado en los cuatro posible partidos por las medallas (el bronce femenino con el árbitro Carlos Peruga, la final femenina por el equipo, el bronce masculino por el equipo y la final masculina por Juan Carlos García)”


Las medallas: transcienden lo logrado
“En el mundo en el que nos movemos parece que no lograr una medalla ya es un fracaso. Creo que hay que mirar más allá de esto. Hay mucho trabajo detrás de muchos y muchas deportistas que lograr grandes cosas a pesar de no alcanzar el podio. El resultado para el baloncesto español es excelente, las dos medallas y sus dos árbitros pitando los partidos importantes es para estar muy orgullosos. Sin embargo, creo que no haberlas conseguido no hubiera cambiado lo que representan estos dos equipos, los valores de respeto, sacrificio, constancia que transmiten en todos los campeonatos en los que están”


Tiempo libre: el oro de Nadal y López
“Siempre que podíamos nos ‘escapábamos’ a ver lo que fuera. Estábamos limitados obviamente por el trabajo pero algún día pudimos empaparnos de los Juegos fuera del baloncesto. Pude ir a ver, fue una lástima porque lo tuvieron ganado, el partido de ‘Las Guerreras’ ante Francia. También nos acercamos a ver waterpolo pero no era un partido con España. Eso sí, mi momento fuera del baloncesto fue poder ver la final del dobles masculino con Rafa Nadal y Marc López. Fue larga, dura, de máxima entrega y emoción y con el mejor de los resultados finales. La pude disfrutar mucho”


Carlos Peruga: una experiencia de dos
“No hubiera sido lo mismo sin él, eso lo tengo muy claro. Estar un mes entero sin ver a tu familia es duro y más en campeonatos de tanta exigencia como unos Juegos. Tener a Carlos siempre al lado, alguien en el que apoyarte, con el que desconectar en momentos… ha sido clave para mí en Río. Además, me hizo muchísima ilusión su designación, totalmente merecida, para el partido por el bronce femenino –en la final estaba España-. A mi modo de ver esa designación refleja el trabajo de Carlos y el reconocimiento a ese trabajo (Carlos Peruga fue el llamado a última hora para los Juegos debido a la baja de un compañero)”


Y la vuelta: una maleta llena de recuerdos
“De Río me fui directamente de vacaciones con mi familia sin pasar por Bilbao y casi no me ha dado tiempo a pensar en lo conseguido (tras esta entrevista realizada el domingo, esa misma tarde, el Comité Vasco de Árbitros le impuso la medalla de oro y le realizó un homenaje). Traigo muchos recuerdos que van a ser imborrables ya. Vivir unos Juegos es diferente a todo lo demás, no hay nada como unos Juegos; es la experiencia total. No digo que sea mejor o peor que un EuroBasket o un Mundial, que una Copa del Rey o unas finales de Liga… simplemente es diferente”